
Al terminar de beberlo me produjo un asco como nunca en mi vida, la verdad el sabor amargo lo sentía desde la boca del estomago, aun así no provocaba nauseas me encontraba lucido y alerta para comprender todo lo que sucedía a mi alrededor. Al paso de una hora comencé a sentir que el brebaje se devolvía ante lo cual vomite hasta mis entrañas, el shaman me miraba atentamente, me dijo con una voz serena que tuviera calma, que lo que acaba de salir de mi boca era odio y tristeza, ahora comenzaras tu viaje sentencio. Solo atine a mirar el cielo estrellado, se me vino la imagen de subir y estar con ellas, pero aun sentía mis pies en la tierra. Comencé a sentir una dicotomía entre mi cuerpo y mi mente, algo me decía que ya nada seria igual en adelante, una voz interior me clamaba sinceridad simplemente le dije: Tranquilo creo que encontré las respuestas.
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