
Simple, camine horas por la niebla, la noche anterior llovía a cantaros y quede empapado pero algo me decía que no era correcto volver, camine durante horas solo con mis pensamientos, solo pare a beber un café y mirar como los mendigos del Mapocho se calentaban las manos con una improvisada fogata y rotando un vino en caja, la vida era simple para aquellas personas. Era densa, solo veía mis pasos y algunos faroles a lo lejos, amanecía y eso me indicaba que los fantasmas se disipaban. Las cosas en casa seguirían igual, pero algo si cambiaria, aquellos abrazos en la cocina ya no serian lo mismo.