En
ocasiones pienso que he descubierto el fuego cuando la noche me es oscura,
puedo encenderlo y cobijarme en el, miro su color y forma, veo como flamea
hacia lo alto, ahí te veo en tu habitación iluminada por los rayos que se abren
paso entre el cerezo y el limonero, veo que despiertas y levantas esa pesada
cobija. Limpias tus ojos del cansancio, te sientas en el borde de la cama,
piensas en los deberes, comienzan tus pasos de bailarina a tratar de encontrar
tu vestuario entre el desorden, burdeos o terciopelo da igual, siempre eliges
el adecuado, siempre serás el fuego.